La Gran Ramera de Apocalipsis: La Gran Prostituta – 1ra parte
“Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer… vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE … y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro. Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer…”
Las profecías más asombrosas de la Biblia se encuentran en su último libro, conocido como “Apocalipsis”. Estas profecías fueron registradas por el apóstol Juan alrededor del año 95.
El apóstol, uno de los 12 que acompañaba a Yeshúa, recibió una serie de visiones del futuro de la humanidad, así como de los juicios con los que el Creador pondrá término al actual sistema.
De todas las visiones registradas en el libro de Apocalipsis (Revelación), nos enfocaremos en una de las más evidentes, que se encuentra en el capítulo 17.
En esta particular visión vemos una bestia de color escarlata, con siete cabezas y diez cuernos. Esta no es la primera vez que ella ha aparecido a profetas bíblicos. Ésta es la misma criatura cuya descripción aparece 3 veces en la Biblia.
Juan personalmente la había visto dos veces. Daniel también la había visto 600 años antes. Pero en esta última visión la descripción es diferente…
En previas menciones en las Escrituras, la bestia siempre se presentaba sola. Sin embargo, ahora aparece con una jinete sobre su espalda. El que alguien pueda montar semejante bestia es algo difícil de imaginar. Sin embargo, allí está la jinete, montada sobre una criatura que devora al mundo. Una mujer cabalga la bestia.
Durante 1900 años la bestia ha sido el foco de atención para estudiantes de profecía bíblica. Su identidad, el papel que jugará en los últimos días, y su destino final, han sido tema de discusión. Sin embargo, en los últimos 200 años los cristianos bíblicos en conjunto afirman con seguridad que la bestia representa el resurgimiento del Imperio Romano y el Anticristo. Pero ¿Y la mujer?
Una mujer que no puede ignorarse
La mujer es una figura enigmática. Los seguidores del Mesías siempre supieron que ella representa a la Iglesia Católica Romana en general, y al Papa en particular.
La mujer que el apóstol Juan describe no puede tomarse con liviandad. Dos de los capítulos finales en la Biblia están dedicados a ella. Toda la Biblia es la Palabra de Dios y no podemos tapar el sol con un dedo y cerrar nuestros ojos a Apocalipsis 17 y 18 del mismo modo que no lo hacemos con Juan 3:16.
La mujer [que cabalga la bestia] es la figura central en estos dos pasajes, un personaje de relevancia en el drama de los últimos días. El apóstol Juan le presta más atención a ella que a la bestia que cabalga. Y el hecho que ella monta la bestia -una bestia de tal importancia- demanda atención especial.
El secreto de la identidad de esta mujer, y del papel que juega, es una clave importante para entender el reinado del Anticristo y los acontecimientos que conducen a la Segunda venida del Mesías (Yeshúa, el Señor Jesús).
El apóstol Juan muestra con lujo de detalles la identidad de la mujer que cabalga la bestia, y no se necesita mucho razonamiento para desenmascararla.
Las revelaciones que el Espíritu Santo le dio a Juan con respecto a esta mujer lo dejaron asombrado. Dichas revelaciones no dejan de asombrar a algunos, incluso en nuestros días.
Juan nos muestra a esta mujer y la describe con todo detalle. Probablemente algunos lectores censuren las conclusiones que acá se presentan, pero ninguno podrá refutarlas.
Probablemente esta lectura no le va a provocar alegría a quien por primera vez se enfrenta a la verdad bíblica. Puede que le perturbe. Especialmente a aquellos que desconocían que estaban bajo la magia de esta mujer.
Nuestra intención consiste en informar al lector con información debidamente documentada. La elección que el lector tome al final de este estudio será personal.
La Ciudad de Roma
La ciudad que tenernos a la vista en los capítulos 17 y 18 de Apocalipsis es Roma como centro gubernativo, tanto político, como militar y económico, del Imperio del Anticristo, así como, en el capítulos 17, centro religioso de la Iglesia apóstata.
En el capitulo 13 de Apocalipsis, se describe tanto al restablecido Imperio Romano como al Anticristo, a quien “adoraron los moradores de la tierra” (v.8).
En esta visión del futuro, el mundo adorará también “al dragón que había dado autoridad a la bestia” (v.4).
Satanás será el poder detrás del Anticristo, y su Reino: “Y el dragón [Satanás] le dio [al Anticristo] su poder y su trono, y grande autoridad” (v.2).
Cuando el emperador Constantino aparentó convertirse al cristianismo en el año 313 d.C. y la decretó como la religión oficial, realizó una astuta maniobra política.
Le dio libertad a los cristianos, y le dio categoría oficial a la iglesia “cristiana” aprovechando de insertar dentro de la religión oficial todos los símbolos y deidades paganas (ver artículo “El Origen de la Iglesia Católica“).
Constantino además de emperador de Roma debía de ser reconocido como cabeza de esta nueva religión, por lo que convocó al primer concilio ecuménico, el Concilio de Nicea.
Mientras gobernaba la iglesia “cristiana”, Constantino seguía encabezando el sacerdocio de la religión pagana tradicional, oficiando celebraciones, y donando templos paganos, incluso después que comenzó a edificar iglesias cristianas.

“En la Antigua Roma, el título de pontífice máximo (Pontifex Maximus]) se otorgaba al principal sacerdote del colegio de pontífices y era el cargo más honorable en la religión romana. En los inicios de la República Romana el título tenía influencia meramente religiosa, pero fue ganando poder en el ámbito político hasta la época de Augusto, cuando el emperador lo asoció a la dignidad imperial.” (wikipedia)
Como cabeza del sacerdocio pagano, Constantino era el PONTIFEX MAXIMUS (PONT MAX), y necesitaba un título similar como cabeza de la iglesia cristiana.
Los cristianos lo honraron como “Obispo de Obispos”, mientras Constantino se llamaba a sí mismo “Vicarius Christi”, Vicario de Cristo. Frase en latín, que traducida al griego significa, literalmente, Anti Cristo.
Obispo de Obispos = Vicarius Christi
Vicario de Cristo = Anti Cristo
Constantino fue un prototipo del anticristo profetizado en la Escritura. El Anticristo será un individuo único en su género. Este será el “nuevo Constantino”, el gobernante del nuevo Impero Romano Mundial.
La revelación final de la bestia, según está registrada en Apocalipsis 17, una mujer se sienta sobre ella.
Está perfectamente claro que ésta es la misma bestia que Daniel vio, porque ostenta detalles que ya son familiares. “siete cabezas y diez cuernos” (v. 3).
Aquí se registra otra de las características que la identifican: La bestia estaba “llena de nombres de blasfemia”, una obvia elaboración sobre lo que se vio en el capítulo 13, “y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo”.
La mujer que cabalga la bestia es el foco de la atención en este capítulo. La descripción de la bestia es breve, sólo lo suficiente para que sepamos que es la misma que hemos visto antes. No se dan más detalles sobre la naturaleza o significado de este monstruo. Una nueva figura ocupa ahora el centro del escenario, y dos capítulos enteros de Apocalipsis, 17 y 18, se dedican a la discusión detallada de la mujer -mucho más espacio que el que se le dio a la misma bestia en todas sus apariciones anteriores!
¿Cómo hizo la mujer para montar semejante criatura temible? ¿Por qué la bestia permitiría que siente sobre su espalda, sujete las riendas y la controle?
Es obvio que ella jugará un papel clave en el restablecimiento del Imperio Romano, el reino del Anticristo, y en los sucesos mundiales futuros que conducen a la segunda venida de Cristo.
¿Quién es la ramera?
La primera cosa que se nos dice acerca de la mujer es que ella es una “ramera” (Apocalipsis 17:1), una prostituta, “con la cual han fornicado los reyes de la tierra” (v. 2), y todos “los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación” (v.3).
¿Por qué se le llamaría “ramera” a una ciudad y se le acusaría de haber cometido fornicación con reyes? Semejante acusación jamás podría hacerse refiriéndose a Londres o Moscú o Paris, o a ninguna otra ciudad ordinaria. No tendría sentido.
En la Biblia, fornicación y adulterio se usan tanto en el sentido físico como en el espiritual. Refiriéndose a Jerusalén, Dios dijo: “¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel?” (Isaías 1:21).
Israel, a quien Dios había apartado de todos los otros pueblos para que fuese santa para sus propósitos, había entablado alianzas impías y adúlteras con las naciones idólatras que la rodeaban. Había cometido adulterio “con la piedra y con el leño [ídolos]” (Jeremías 3:); “y han fornicado con sus ídolos” (Ezequiel 23:37). Todo el capítulo 16 de Ezequiel, así como también muchos otros pasajes, explica en detalle el adulterio espiritual de Israel, tanto con las naciones paganas como con sus dioses falsos.
No hay forma en que una ciudad pudiera participar en fornicación carnal literal. Por lo tanto, sólo podemos llegar a la conclusión de que Juan, al igual que los profetas del Antiguo Testamento, está usando el término en su sentido espiritual. Por consiguiente, la ciudad debe pretender una relación espiritual con Dios. De otra manera semejante alegación no tendría sentido.
A pesar de que Jerusalén tiene esa relación, no puede ser la mujer que cabalga la bestia, puesto que no está edificada sobre siete montes. Ni tampoco satisface los otros criterios mediante los cuales esta mujer es identificada.
Sólo una ciudad en la historia podría acusarse de fornicación. Esa ciudad es Roma, y más específicamente Ciudad del Vaticano.
Ella afirma haber sido la sede central mundial del cristianismo desde su comienzo. Y mantiene dicha afirmación hasta el dia de hoy. El Papa entronado en Roma dice ser “el representante exclusivo de Dios “, el ” Vicario de Cristo “. Roma es la sede central de la Iglesia Católica Romana, y en ese sentido también la única en su género.
Por supuesto, muchas iglesias tienen sus sedes centrales en ciudades, pero solo una ciudad es la sede central de una iglesia. Por ejemplo, la iglesia de los mormones tiene su sede central en la ciudad de Salt Lake, Utah, pero en dicha ciudad hay muchas cosas más, aparte de la iglesia mormona.

Ciudad del Vaticano
En Ciudad del Vaticano esto no es así. Ella es el latido del corazón de la Iglesia Católica Romana. Es una entidad espiritual que ha fornicado desde su creación, pues nunca permaneció fiel a Cristo y aceptó el oro y las riquezas y el poder que Satanás le ofreció.
El asunto es que, exactamente como Juan lo previó en su visión, una entidad espiritual que pretenda una relación especial con Cristo y con Dios llegó a identificarse con una ciudad que estaba edificada sobre siete colinas. La “mujer” cometía fornicación espiritual con gobernantes terrenales y finalmente reinaba sobre ellos.
La Gran Ramera de Apocalipsis: La Gran Prostituta – 2da parte