El miércoles, rey de Jordania junto al presidente norteamericano se refirieron a ese horrible ataque.
Sin embargo las conversaciones entre Trump y Abdalá tenían como foco conversaciones de paz entre Israel y el mundo árabe.
“El monarca jordano, que vino también como una especie de enviado del mundo árabe, trajo un mensaje de renovado interés en un pacto de paz con Israel
que incluiría el reconocimiento de las naciones árabes y musulmanas al estado judío, a cambio de la creación de un estado palestino en Cisjordania, Gaza y el Este de Jerusalén.”
Observemos esta noticia desde la perspectiva profética
Según Daniel 9:27 el anticristo CONFIRMARÁ (גָּבַר gabar) este pacto de paz con Israel.
Para la firma de este pacto es imprescindible que primeramente los árabes reconozcan al Estado Judío, cosa que todavía no han hecho y por ello constantemente hostigan a la pequeña nación.
El reconocimiento, y posterior pacto, harán posible la construcción del Templo en Jerusalén. Templo que no se puede construir, tanto porque los árabes no reconocen el Estado judío, así como porque convenientemente los musulmanes consideran a Jerusalén su segundo lugar sagrado.
No es la firma de este pacto la que da inicio a la Tribulación, sino la CONFIRMACIÓN de éste. Y quien, en un futuro no previsto, lo confirmará, será el Anticristo, el cual todavía no ha sido revelado.
El quiebre de la confirmación del pacto dará inicio, el período de Gran Tribulación.
Este pacto, cuando este concretado, dará paso a la revelación del Anticristo, quien lo volverá a confirmar, y al Arrebatamiento de la Iglesia.
Arrebatamiento de la Iglesia
Según la revelación entregada por Pablo a los Tesalonicenses hay un evento muy ansiado por el mundo cristiano evangélico. Se trata del “Arrebatamiento de la Iglesia”.
Aclarando conceptos
Iglesia somos todos los que hemos aceptado al Mesías Yeshúa, es decir a Jesús, el Cristo. No se trata de “creyentes de una denominación específica”, sino de creyentes en Cristo Jesús nacidos de nuevo, en su mayoría sin denominación alguna que simplemente creyeron en Él. Recordemos que a los cristianos primitivos simplemente se les conocía como “los del camino”. (Jesús dice “YO soy el Camino”)
Arrebatamiento. El arrebatamiento es una doctrina bíblica. No es un invento jesuita, como algunos han decidido creer (1 Tesalonicenses 4:16-17).
Hay tres posturas que debemos respetar. Y el motivo por el cual debemos respetar dichas posturas es muy sencillo. El Arrebatamiento es una profecía que se hará realidad. Es un testimonio, una doctrina, una enseñanza.
Y nuestra fe no debe estar puesta en una enseñanza (como si se tratara de un ídolo), sino en el Espíritu de toda profecía y de toda enseñanza, es decir en Yeshúa, el Señor Jesús (Apocalipsis 19:10).
Las 3 posturas respecto de esta doctrina son: Antes de la Tribulación, entre la Tribulación y Gran Tribulación, y al final de la Gran tribulación.
Durante el Arrebatamiento, Cristo se llevará del mundo a todos los creyentes “nacidos de nuevo” que hayan muerto en el pasado, y los que estén vivos en ese momento (1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:51).
Los creyentes asistiremos al Tribunal de Cristo. Seremos recompensados por nuestras buenas obras y servicio durante nuestro tiempo en la tierra, o perderemos nuestra recompensa por nuestra falta de servicio y obediencia, aunque no la vida eterna (1 Corintios 3:11-15; 2 Corintios 5:10).
Por nuestra parte nos inclinamos por la postura pre-tibulacional porque la Biblia dice que el Anticristo no se ha manifestado como tal porque la iglesia esta presente, y una vez sea quitada, este se dejará ver, junto con su poder (2 Tesalonicenses 2:7-9).
Poder que no puede manifestar ya que fue el propio Señor Yeshúa el que nos dio a nosotros “todo poder en contra del enemigo” y sus huestes de maldad (Lucas 10:19).
Sin embargo, quienes sustentan las demás posturas también tienen argumentos muy válidos, y no por eso dejamos de ser hermanos en Cristo.
Para quienes creemos en la postura pre-tribulacional, el Mesías (Jesucristo) llamará a su iglesia a las nubes, antes de que el anticristo confirme el pacto con Israel. (1 Tesalonicenses 4:16-17)
No vendrá sino hasta que…
El Señor no vendrá por su iglesia sino hasta que primeramente exista “apostasía”, deserción de la verdad (ἀποστασία). Algo que ya estamos observando cuando a lo bueno se le llama malo, y malo a lo bueno…
Volvamos a la noticia del pacto con Israel
El anticristo (la bestia) confirmará este tratado de paz previo con Israel por siete años más (Daniel 9:27). Eso parece decir que el pacto que propondrán los árabes a Trump tendrá un límite de tiempo determinado, o bien con ciertas condiciones. Porque cuando aparezca el Anticristo se verá en la obligación “de confirmarlo”. Cuando eso ocurra, comenzará la Tribulación.
La Tribulación
Este período de siete años es conocido como la Tribulación.
- Durante la Tribulación, habrá guerras terribles, hambrunas, plagas y desastres naturales.
- Dios derramará toda Su ira contra el pecado, la vileza y la maldad de los hombres.
- Los cuatro jinetes del Apocalipsis, los siete sellos, las siete trompetas y las copas de ira tendrán lugar durante la Tribulación.
La Gran Tribulación
La segunda mitad de la tribulación es conocida como la Gran Tribulación y el “tiempo de angustia para Jacob.” (Jeremías 30:7, Daniel 12:1)
- A la mitad de los 7 años, el anticristo romperá el pacto de paz con Israel y les hará la guerra.
- El anticristo se convertirá en la abominación desoladora.
- Probablemente tras un atentado “terrorista” este falso mesías parecerá perder la vida, junto con su ojo derecho y su brazo. (Zacarías 11:17).
- Se hará una imagen de él para ser adorada en el templo (Daniel 9:27; 2 Tesalonicenses 2:3-10).
- Al final de los años de Gran Tribulación, el anticristo lanzará un ataque final sobre Jerusalén, culminando en la Batalla del Armagedón.
- Jesucristo regresará, destruirá al anticristo y sus ejércitos y los lanzará al lago de fuego (Apocalipsis 19:11-21).
El Milenio
Cristo gobernará Su reino terrenal por 1000 años. Durante esos años Satanás estará atado en el abismo. (Apocalipsis 20:1-6).
Al final de los 1000 años, Satanás será soltado, derrotado nuevamente, y lanzado al lago de fuego y azufre por toda la eternidad (Apocalipsis 20:7-10).
Cristo entonces juzgará a los incrédulos (Apocalipsis 20:10-15) en el Juicio del Gran Trono Blanco, echándolos a todos al lago de fuego. Entonces Cristo creará Nuevos Cielos y Nueva Tierra que será la morada eterna de los creyentes.
No habrá más pecado, ni dolor, o muerte. También, la Nueva Jerusalén descenderá del cielo (Apocalipsis 21:22).